Obstinada Memoria


I

¡Es ya la cuarta vez en esta semana que me despiertas! Por mis ojos ruedan abundantes lágrimas, mojan mi almohada y me obligas a soñar que muero ahogado, que me ahogo en mi propio llanto. Llevas mi corazón a lugares remotos, lugares que hace mucho dejé atrás y aún así te aferras a llevarme a ellos, me jalas, así como la gravedad mis pies al suelo cada vez que deseo volar y alejarme de todo. No solo te limitas a recordarme los más ínfimos detalles (los más insignificantes son talvez los más dolorosos) la nitidez de la imagen es tan clara que parece iluminada por celestial luz; los olores, odio cuando me haces recordar el olor de su cuerpo, el sabor de sus... o su aroma, que al mezclarse con el de la primavera me arrebata mil suspiros

Lo haces siempre  de noche, cuando duermo, cuando mi ser está abocado a otras tareas, lo haces para que me reviente, lo haces para jalarme cada vez más al pasado. No importa cuántos nuevos recuerdos me forje, ni cuantos lugares visite,  te empecinas en mostrar una y otra vez la misma imagen, de noche, siempre de noche, mi tormento es tal, que te maldigo por no poder olvidar y al hacerlo me maldigo a mi también.

II

Escuché de un zahorí que puede tratar contigo, que te puede doblegar y decirme de una vez por todas el porqué me aquejas con el pasado.Tengo miedo, es cierto pero, ¿no es acaso al miedo mismo a lo único a lo que deberíamos de temer?  Me dijo también que al doblegarte me condenaría, que un buen cristiano no debe de recurrir a ellos, que un buen cristiano debe hacer uso de su fuerza de voluntad y que la abulia es la causa de mis males. No importa, opto por la salida fácil, no importa mi castigo, quiero seguir adelante.

III

Olvidé como recordar, siento como si no pudiera ver hacia atrás, todo cuanto acontece tiene que ser escrito o grabado de lo contrario se pierde en esa nebulosa y relativa estela que se conoce como tiempo. Años atrás leí que trataba de olvidar algo, nunca mencioné que. El no saber si la letra que he escrito contiene o no algún sentido oculto, ni si contiene más de uno, o muchos, o ninguno, quizá sea producto de la gran tiniebla que se cierne sobre este cuerpo decrépito y canoso.

IV

Ya al final de mi vida de pecador, espero el momento de perderme en el abismo sin fondo que me espera por haber traicionado mi fe y recurrir a un pagano para resolver algo que siempre estuvo en mi. Lo veré en la cuarta bolgia del octavo foso. Y nuestras lágrimas se derramaran por la fisura de las nalgas pues allí, cada uno tiene el cuello y la cara girados por la parte de los riñones.



Comentarios