frasco


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rayos de luna roja
caen  como alfileres
sobre el viejo terruño,
sé que vendrá hoy
sé que aparecerá
sé que dejará entre nosotros
su pestilente ofrenda…
..
le he escuchado tiempo atrás,
así como ayer, así hoy
he escuchado sus pasos
interminables cual fatídicos minutos,
 he olido su azufre
 a lo largo y ancho de mi morada
 he visto como las flamas
(otrora naranjas) se tornan azules
menester será, encender velas
ofrendar copal, mirra e incienso
en vano, todo en vano
el humo se aleja en espiral
y el aroma cae al suelo
reventándose inmisericorde
como bolas de cristal
 como cordura de caracol
a mirad del mar

…. 
me dirijo apesadumbrado al atrio
la incertidumbre me corroe
el miedo me carcome
las campanas suenan
(retumban en el tímpano)
busco a el sacerdote…
vana empresa, ha venido por él
se lo ha llevado también;
pero no al sacristán, no, a él no,
agoniza y medio respira
le pido consejo, me mira y dice:
 “allí, debajo de la tumba,
los clavos sagrados yacen,
deber del entendido cristiano es,
clavar un calvo por cada paso dado”
…..
he visto, he olido y he escuchado
flamas, azufe y mil lamentos
cien pasos míos y diez de él
olvidé el martillo, pero tengo clavos
los incrusto en sus huellas
mana liquido amarillo
detiene su paso, y atisbo;
un  frasco, uno extraño
contiene todo tipo de moscas
revolotean frenéticamente
el zumbido es insoportable
no puedo seguirle mas;
brota sangre de mis oídos
recorre mi cuerpo
hasta enlodar y ablandar
lo que antes a mi pies
 servía de  suelo,  
tierra caliente, tierra roja
tierra que me devora
  “usa los clavos”
y el calvo toma mi mano
a palabras necias oídos sordos”
se incrusta suavemente
en mi oído, pierdo equilibrio
me voy de bruces…
 “dios está contigo”
“bienaventurados aquellos
 que no esperan nada”
......
me ahogo en arena
arena con sangre
y los clavos se derriten
me queman las manos
me queman las huesos
…….
he aquí yo vengo
como tenia prometido
recibe esta dulce ofrenda
“vida alimenta en vida”
se abrió el frasco y las moscas
polularon alrededor de la cabeza,
se posaron sobre los ojos
 en la última imagen que estos vieron,
dejaron sus huevecillos en ella
vida alimenta en vida”
y las larvas  la devoraron
lo que usaba para ver, pensar y mirar
“Miles de loores a lo largo de los eones
y las moscas aun revolotean.

Comentarios

Chica Bloguera ha dicho que…
Esta prosa poética me suena como algo relacionado con el fin del mundo...

Todo un ritual.

;)